POR LARA MORENO
Socialización y adquisición de valores en el deporte
escolar
Cada semana vemos en los
entrenamientos cómo técnicos poco formados (no en todos los casos, pero sí en
la mayoría de clubs pequeños, donde jugadores de la casa se encargan de
entrenar a los más pequeños), están enseñando a niños cómo jugar a fútbol, sin tener
en cuenta en ningún momento la edad de los niños, sus capacidades físicas en
función del momento evolutivo en el que se encuentran, sus motivaciones...
Los niños pueden aprender muchos
valores a través de la práctica deportiva, y desde la sociología y la
psicología deberíamos ayudar a los agentes implicados (entrenadores, padres…) a
enseñar y poner en práctica estos valores en los niños, empezando por
aplicárselo ellos mismo.
Relación entre socialización,
adquisición de valores y deporte.
La socialización es un proceso que
sucede durante toda la vida del individuo, pero que se manifiesta de forma más
evidente durante la infancia, cuando niños y jóvenes van configurando su
personalidad como futuros adultos en función de los estímulos que reciben en sus
interacciones sociales.
Durante este proceso, las personas
aprenden conductas y actitudes culturalmente apropiadas. En el contexto
deportivo suceden interacciones sociales, y por el grado de implicación e
influencia que genera el deporte, se convierte en un buen agente socializador.
Un importante componente de la socialización es la transmisión de valores, y en
este contexto, el entrenador se convierte en un modelo para los deportistas
(Berber, 1982), por este motivo es necesario que esté formado en este aspecto,
para poder ayudar a los niños a una adquisición correcta de estos valores.
¿Por qué debemos enseñar a los
niños estos valores?
Durante la niñez, los niños y niñas
van formando su personalidad, a partir de todo lo que van descubriendo, es
decir, los modelos de conducta que observan, las normas que se les enseña (o
no) a cumplir… La práctica de la actividad física contribuye a la construcción
de esta personalidad, ya que pasa por la interiorización de unos valores, como
la autoexigencia, la competitividad, el sentimiento de pertenencia a un grupo,
la confianza en las posibilidades de uno mismo, la superación,…Además de la
adquisición de unas normas, tanto las propias del deporte que practican, como
las del club al que pertenecen.
Pero el deporte por sí mismo no
genera estos valores, sino que hay que hacer un uso correcto de la práctica
deportiva para que los niños puedan adquirirlos de manera adecuada. Por ello,
como mencionábamos anteriormente, es importante que los agentes implicados
tengan formación sobre cómo y qué promover en los escolares.
Para empezar, es importante conocer
qué valores están implicados en la práctica deportiva, qué beneficios o
utilidades pueden tener, y el porqué de su importancia. Existen 3 tipos de
valores que los niños pueden adquirir en la práctica deportiva: Valores
morales, valores de salud y valores utilitarios.
- Valores morales: en el deporte escolar, los
niños se encuentran aún en fase de aprendizaje de normas y reglas, y están
formando su personalidad, por este motivo es importante enseñarles cuáles son
los valores compartidos y socialmente aceptados. Hablando de deporte, algunos
de los valores morales que podemos transmitir a los niños son: cooperación,
tolerancia, honestidad, responsabilidad, cordialidad, compañerismo, o
Fair-Play.
- Valores de salud: se trata de los hábitos de
higiene (alimentación y descanso) y limpieza. Es importante a estas edades que
los niños adquieran estos hábitos de una forma correcta, como por ejemplo,
ducharse después de la práctica deportiva (especialmente en adolescentes y
preadolescentes). Esta práctica ayuda también a la socialización de los niños
dentro del equipo, ya que se lleva a cabo dentro del vestuario, un espacio
común donde los niños se ven obligados a compartir espacios y/o material, y
donde se encuentran todos juntos y pueden hablar de sus cosas. Por otro lado,
actualmente estamos encontrando en la sociedad muchos niños con problemas de
obesidad (y hacia la adolescencia muchos casos de niñas con trastornos
alimentarios como anorexia y bulimia), por ello es importante fomentar la
práctica deportiva, y unos buenos hábitos de alimentación, y de salud en
general.
- Valores utilitarios: mediante la práctica
deportiva, los niños pueden aprender a ser responsables, competitivos (de una
manera sana), a esforzarse, a ser perseverantes, a tener capacidad de
planificación y toma de decisiones, tolerancia a la frustración, potenciando la
confianza en si mismos y en sus posibilidades, y tener un buen nivel de
autoestima. Esto pueden conseguirlo haciendo del deporte escolar un medio de
diversión, donde pueden relacionarse con otros niños y pasárselo bien, no
viendo solo el aspecto competitivo y los resultados obtenidos.
¿Cómo podemos ayudar a los niños a
adquirir estos valores?
Primero de todo, tenemos que hacer
conscientes a todos los agentes implicados en la socialización y educación del
niño relacionados con la práctica deportiva de la importancia o la necesidad de
que el niño los adquiera, y en segundo lugar, deben entender la importancia de
su implicación para que se lleve a cabo. Eso significa que tienen que ser
conscientes que se trata de niños, que van a practicar deporte para pasárselo
bien, que también quieren ganar, pero que eso no debe ser lo primordial, ya que
si fomentamos el ganar a cualquier precio, o si solo valoramos la victoria, es
probable que muchos niños abandonen el deporte y con ello sus beneficios. Para
ello, hay que sensibilizar y concienciar a los clubs deportivos sobre los
objetivos que persigue el deporte escolar, que son más formativos y de
diversión y menos de rendimiento, y aunque en la teoría muchos clubs promueven
estos objetivos, un suelen llevarlos a la práctica.
Desde mi punto de vista, los
objetivos educativos y formativos son determinantes para la práctica del
deporte en estas edades. Por ello, es importante que la escuela esté implicada
en la planificación de las actividades deportivas de los niños, para que se
diseñen desde el punto de vista pedagógico. Así colaborará en la formación
integral y de socialización de los niños. Por este motivo es importante que las
escuelas y las entidades deportivas (clubs, federaciones…) tengan buena comunicación,
para poder aplicar o diseñar esta planificación deportiva conjuntamente,
adaptándola a cada etapa evolutiva y que así sea más provechosa y beneficiosa
para los escolares.
Tratándose de deporte, deberían
empezar por promover el Fair-Play, tanto en entrenamientos como en partidos,
por parte de los entrenadores y por parte de los padres, ya que en muchas
competiciones en edades formativas podemos observar como son los propios padres
los que incitan a sus hijos a cometer faltas o incluso agresiones a rivales, o
directamente ellos mismos cometen agresiones verbales (o incluso en ocasiones
físicas) contra otros padres y contra los árbitros. Igualmente, desde los
banquillos se escucha muchas veces a entrenadores insultando a los árbitros, no
respetando sus decisiones o incitando a los niños a cometer faltas o a “dejarse
caer” para engañar al árbitro. En resumen, estos agentes están en muchas
ocasiones más preocupados por el resultado que en el desarrollo y aprendizaje
de los niños, y en que disfruten jugando, y les empujan a ganar a cualquier
precio, sin darse cuenta de las repercusiones que esto puede tener en su
desarrollo como personas.
En iniciación deportiva, los niños
deben aprender a cumplir normas, tanto las propias del juego como las del
equipo y la entidad. Así mismo, se pone en práctica el respeto de las normas de
la sociedad. Por ello, desde las entidades deportivas se debe fomentar la
enseñanza y cumplimiento de estas normas, así como el respeto entre compañeros,
al rival, al árbitro y a los entrenadores, y a cualquier otra persona
implicada. Por ello, es fundamental fomentar la solidaridad y la cooperación
entre ellos e inculcarles tolerancia y respeto.
Otro aspecto a tener en cuenta es
la importancia de animarlos para que se esfuercen al máximo y lo hagan lo mejor
que puedan dentro de sus posibilidades. Para ello, deberían dar oportunidad de
jugar a todos los niños, y felicitarlos por el trabajo y esfuerzo realizado en
cada entreno y partido, aunque se pierda, de lo contrario, los niños “se quemaran”
(burnout) y probablemente dejen la práctica deportiva mucho antes de lo que les
gustaría. Actualmente, en el deporte escolar (al menos en fútbol hasta la
categoría infantil), existe la norma de que todos los jugadores deben haber
salido a jugar como muy tarde en el tercer cuarto (desde este año, hasta esta
categoría se han dividido los partidos en cuatro partes iguales para fomentar
la participación). Pero esta norma también tiene su trampa, si a un entrenador,
que dirige su juego hacia los resultados, tiene un jugador (o varios) que no le
interesa sacar en un partido (o en varios), basta con que no les convoque ese
fin de semana. Si este hecho no se corresponde con una sanción (por faltas en
el juego o en el equipo), este jugador no encontrará sentido a esforzarse en
los entrenamientos, ya que no tendrá la recompensa del partido, que es lo que
todos los niños esperan.
Por este motivo, antes de inscribir
a un niño en un club, los padres deben informarse bien sobre los objetivos del
club y de esa categoría en particular, ya que si están buscando un equipo en el
que se juegue a fútbol por diversión, sin importar resultados, en el que no
exista una orientación al rendimiento, puede que se estén equivocando de
equipo, y que en este su hijo no juegue tanto cómo le gustaría ni disfrute lo
suficiente. Dentro de una misma categoría, suelen existir varios equipos (A, B,
C,...), y en función del objetivo de los deportistas, también sería interesante
tener esto en cuenta, ya que si quiere jugar, tal vez le interesa más estar en
un equipo C, D,... que suelen jugar en categorías inferiores, que en un A, que
suele luchar por no descender de categoría, o por conseguir unos resultados
concretos, y en estos casos, suele haber en los equipos jugadores con más
minutos por su calidad, y otros que, aunque hayan realizado un buen trabajo
durante la semana, van a jugar solo unos minutos.
Desde el deporte escolar, también
se puede enseñar a los niños la importancia de practicar ejercicio físico
regular y llevar a cabo unos buenos hábitos alimentarios, ya que la comida es
lo que les aportara la energía necesaria para poder rendir tanto en el campo
como en las actividades del día a día, y de esta manera también, hacerlos
conscientes de la importancia de una buena alimentación para prevenir posibles
casos de trastornos alimentarios, tan de “moda” últimamente, y cada vez entre
población más joven. También se pueden fomentar unos buenos hábitos de higiene,
tanto de aseo personal tras la práctica deportiva, como de sueño, enseñando tanto
a padres como a deportistas la importancia de alimentarse y descansar bien, y
ofreciéndoles puntualmente pautas para que lleven a cabo unas rutinas lo más
adecuadas posible para la edad y gasto energético de los niños.
En mi opinión, los padres, como agentes
de socialización primarios, deberían inculcar a sus hijos el gusto por la
práctica deportiva, realizando actividades con ellos en su tiempo libre, y
ofreciéndoles todo el abanico de alternativas deportivas de su municipio, para
que ellos puedan escoger aquel que más les guste. Los padres deberían
preocuparse de investigar un poco las características de cada club, es decir,
que tipo de valores promueven, si sus técnicos están formados,... Además,
deberían implicarse en la práctica deportiva de sus hijos, eso implica que no
se limiten a dejarlos en el campo e irlos a buscar, ni que muestren disgusto
por tener que llevarlo a jugar (por la hora, por el frío,…) sino que se
preocupen por si se lo pasan bien, ir a ver sus partidos y algunos
entrenamientos, animar al equipo, ayudar a la infraestructura (aportar coche de
vez en cuando –organizándose con el resto de padres- para los desplazamientos).
Como he comentado a lo largo del
trabajo, también es muy importante que los padres sean buenos modelos de conducta
en las gradas y una vez fuera del campo (cuando comentan el partido con sus
hijos). Deben enseñar a respetar al resto de participantes (jugadores,
entrenadores, árbitros y público), materiales y espacios.
Desde el club deportivo, creo que
es importante que se exija a los entrenadores, ya que van a ser educadores de
niños, que tengan una formación adecuada. Esto significa que en la escuela de
entrenadores deben tener en cuenta que van a entrenar niños de diferentes
edades y se debería enseñar las diferencias evolutivas y las necesidades de
cada etapa, así como habilidades pedagógicas, para adaptar los entrenamientos
lo mejor posible para cada categoría.
Conclusiones finales
Es importante que la práctica
deportiva se dé de una manera adecuada, ya que esto influirá en el desarrollo
psicológico de los niños, afectando en la adquisición de cualidades
psicológicas básicas como la superación de uno mismo, el trabajo en equipo, o
específicas como saber ganar y saber perder, jugar limpio, tener autocontrol, …
Por el contrario, una mala gestión de la práctica deportiva podría tener
efectos negativos tales como baja confianza o autoestima, falta de autocontrol,
deterioro en la relación familiar, déficits en habilidades sociales o actitudes
agresivas e intolerantes, entre otras.
Tras esta exposición sobre la
importancia de la adquisición de valores en edad escolar, destacar que tanto
padres como entrenadores, son responsables en gran medida tanto de las
consecuencias sobre el desarrollo psicológico como físico que tendrá la
práctica deportiva sobre los niños. Por ello, tanto psicólogos como sociólogos
del deporte, deben trabajar para que éstos, como agentes implicados en la
socialización y en la práctica deportiva de sus hijos y jugadores, se impliquen
en el proceso de formación. Eso requiere enseñarles ciertos conocimientos y
habilidades para que puedan ponerlos en práctica.
¿Cómo hacemos esto? En cuanto a los
padres, creo que la forma más indicada es realizando, conjuntamente con los
entrenadores, charlas al inicio de la temporada, en la que se expliquen tanto
los objetivos de la temporada a nivel deportivo como a nivel de “formación de
personas”, para que sean conscientes del nivel de implicación que tendrá la
práctica deportiva en la formación de su personalidad y en su bienestar
psicológico. Es importante hacerles reflexionar sobre las causas o razones que
motivan actitudes negativas de los jugadores, el papel que tiene el entrenador
en esto, el que tienen ellos como padres,... Para que adquieran conciencia y se
impliquen. Además, realizar puntualmente a lo largo de la temporada, otras
sesiones formativas sobre hábitos de salud/higiene o una valoración sobre
aspectos que hayamos podido observar buenos (sobre su gestión o la de los
entrenadores, y que está ayudando al correcto desarrollo de sus hijos), y otros
no tan buenos y susceptibles de mejorar.
A nivel de los entrenadores,
podríamos trabajar también en la planificación de la temporada, realizando del
mismo modo sesiones formativas sobre valores, habilidades pedagógicas y
características de cada ciclo evolutivo (por ejemplo), y el mismo tipo de
reflexiones, para que lo puedan poner en práctica en el desarrollo de las
sesiones de entrenamiento y partidos, presenciando posteriormente algunos
entrenamientos para poder corregir aquello que sea mejorable.
Si sociólogos y psicólogos del
deporte trabajamos juntos en esta línea, creo que la práctica de ejercicio
físico en edad escolar sería mucho más beneficiosa de lo que lo es actualmente.
Para ello hace falta también el apoyo y la concienciación de las instituciones,
para que empiecen a contar con este tipo de profesionales entre sus filas.
Autora: Blanca Zaballos
(http://psicodeldeporte.blogspot.com.es/p/sobre-mi.html)
Fuente:
http://psicodeldeporte.blogspot.com.es/2012/03/socializacion-y-adquisicion-de-valores.html
Ideas principales
En este artículo, la autora nos
explica que la práctica deportiva influye en el desarrollo psicológico de los
niños y por eso es importante que se imparta de una manera adecuada.
La socialización es un proceso que
sucede durante toda la vida del individuo, pero es más evidente durante la
infancia, cuando las personas aprenden conductas y actitudes culturalmente
apropiadas.
En la práctica deportiva se
producen interacciones sociales que sirven para la transmisión de valores, por
lo que el entrenador se convierte en un modelo para los deportistas. Con el
deporte pueden adquirir cualidades psicológicas positivas como la superación,
el trabajo en equipo, saber ganar y saber perder, jugar limpio o tener
autocontrol. Si la práctica deportiva no se imparte correctamente, puede tener
efectos negativos como baja autoestima, falta de autocontrol, deterioro de la
relación familiar, falta de habilidades sociales o actitudes agresivas e
intolerantes. Por este motivo es necesario que los entrenadores estén bien
formados para poder ayudar a los niños a adquirir correctamente estos valores.
También es importante que la
escuela participe en la planificación de las actividades deportivas, para
colaborar en la formación integral y de socialización de los niños.
Los tres tipos de valores que se
pueden adquirir con una práctica deportiva correcta son:
- Valores morales: cooperación, tolerancia, honestidad,
responsabilidad, cordialidad, compañerismo, o juego limpio.
- Valores de salud: hábitos de higiene (alimentación y descanso)
y limpieza.
- Valores utilitarios: aprender a ser responsables, competitivos (de
una manera sana), a esforzarse, a ser perseverantes, a tener capacidad de
planificación y toma de decisiones, tolerancia a la frustración, potenciando la
confianza en sí mismos y en sus posibilidades, y tener un buen nivel de
autoestima.
Ideas secundarias
Lo más importante es que todas las
partes implicadas en la socialización y la educación del niño sean conscientes
de que los niños van a practicar deporte para pasárselo bien, que también quieren
ganar, pero que eso no debe ser lo primordial. Si solo se fomenta o se valora
la victoria, muchos niños abandonarán el deporte y con ello sus beneficios. Hay
que sensibilizar y concienciar a los clubs deportivos de que los objetivos del
deporte escolar son más formativos y de diversión y menos de rendimiento y,
aunque en teoría muchos clubs promueven estos objetivos, no suelen llevarlos a
la práctica. Por este motivo, antes de inscribir a un niño en un club, los
padres deben informarse bien sobre los objetivos del club y de esa categoría en
particular.
Los padres son los principales
agentes de socialización y deberían inculcar a sus hijos el gusto por la
práctica deportiva realizando actividades con ellos en su tiempo libre,
implicarse en la práctica deportiva de sus hijos y ser buenos modelos de
conducta en las gradas y fuera del campo. Deben enseñar a respetar al resto de
participantes (jugadores, entrenadores, árbitros y público), materiales y
espacios.
Los clubs deportivos deben exigir
que los entrenadores tengan la formación adecuada, que conozcan las diferencias
y las necesidades de cada etapa y que tengan habilidades pedagógicas para
adaptar los entrenamientos lo mejor posible para cada categoría.
Opinión personal
Estoy totalmente de acuerdo con la
autora y, aunque mi experiencia personal con el deporte no ha sido esa, he
podido ver algunos ejemplos. Los profesores de educación física de colegios e
institutos son diferentes, sí tienen en cuenta el desarrollo psicológico y
emocional de los alumnos, pero muchos entrenadores de los polideportivos o
clubs deportivos están tan centrados en ganar que se olvidan de que están
tratando con niños que se están formando como personas y son muy vulnerables.
He visto abandonar distintos deportes a personas que conozco porque no se
sentían respetados, porque sentían que no daban la talla o porque se sentían
excluidos del grupo de “los buenos”. Es muy difícil encontrar una oferta
deportiva equilibrada, que piense tanto en la competición como en el bienestar
emocional de los jugadores.
Por otra parte, es cierto que el
deporte, especialmente los deportes de equipo, favorece la socialización y te
permite adquirir buenos hábitos de vida (ejercicio y alimentación, por ejemplo).
Además del propio ejercicio que es bueno para la salud, también te preocupas
por tener una buena alimentación para mantenerte en forma y tener fuerza
física.
Uno de los aspectos que menos se
cuidan en la práctica deportiva en el entorno en el que vivo es la higiene
después del deporte. La mayoría de los clubs deportivos no inculcan a los
jugadores la importancia de un hábito de ducha o lavado después del
entrenamiento o partido. De hecho, muchas instalaciones donde se juega y se
entrena no tienen duchas o aseos apropiados e, incluso, son los entrenadores
los que te piden que te cambies rápido para poder volver a casa, sobre todo
cuando se juega fuera y tienes que volver en bus.
En conclusión, se debería animar a
todos los niños a practicar deporte y se debería exigir a los entrenadores,
monitores deportivos y clubs que tengan los conocimientos suficientes sobre el
desarrollo infantil para crear un entorno seguro y eficiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario